"Uno puede estar en una reunión social y permanecer en silencio. Muchos llegarían a pensar que uno es un perfecto idiota. También tiene uno la posibilidad de largarse a hablar y despejar todo tipo de dudas."
Groucho Marx

domingo, 20 de marzo de 2011

Los gatos negros

Los gatos negros
son una prolongación sinuosa de la noche.

Los gatos negros llegan
e instalan su presencia, acrobática
y lunática, al borde de tapiales,
en el filo de azoteas verticales
desde donde el mundo se ve como lo que es.

Los gatos negros se encolumnan
en la cornisa inmemorial del tiempo
y desde ese trazo suspendido en el espacio
semejan el funeral de la vida.
Sólo los gatos negros y nocturnos
están más allá,
arriba, pendiendo de los hilos
que manipula el titiritero
de su ancestro felino,
acechando y saltando su semental camino,
liberando luciérnagas amarillas por la frente,
desflecados de luna, lacios, indiferentes,
fecundando de bigotes
y de ojos circulares el planeta,
de colas verticales
que avanzan como periscopios
abriendo surcos por entre la espuma de la noche.
Los gatos negros conocen el Gran Código,
por eso ronronean fregando sus cabezas altivas
contra la tibieza de las chimeneas que dormitan,
por eso miran somnolientos
con esa beatitud de día feriado,
por eso huelen a pan recién cortado.
Los gatos negros se acurrucan,
después de su maullado amor,
sobre las tejas donde el viento los traza y simboliza.
Luego se duermen, plenos, despojados de toda inquietud,
memorando pasajes del Gran Código.                                                                 Manuel-