"Uno puede estar en una reunión social y permanecer en silencio. Muchos llegarían a pensar que uno es un perfecto idiota. También tiene uno la posibilidad de largarse a hablar y despejar todo tipo de dudas."
Groucho Marx

jueves, 22 de julio de 2010

Quesería de nosotros

Soso tiene una despensita y quesería en la vereda de enfrente.
Soso, como su apellido lo sugiere, carece de gusto, humor y simpatía.
Aún así, cuando me quedo sin sal, pan o detergente recurro a Soso. Previa preparación sicológica que me permita sobrellevar un diálogo tan intrascendente como amorfo y tolerar, sin ponerme demasiado nervioso, sus múltiples y parsimoniosas maniobras destinadas a cumplimentar mis demandas, siempre mínimas.
Soso, un mal día, en cierto modo se auto encarceló, poniéndole de este modo la frutilla al desabrido postre de su existencia. Aquella fue una jornada oscuramente trágica para Soso, víctima de un robo.
Lo que se supo y comentó en la cuadra: un cliente, de paso, requiere un producto que Soso debe ir a buscar en la piecita lindante con el salón de ventas. Al regresar con lo solicitado, el cliente no está. Tampoco está la horma de queso Cáscara colorada, casi íntegra, que reposaba un minuto antes bajo una campana de vidrio, ubicada sobre el mostrador.
Soso acusó el impacto. Tomó la determinación de atender por entre los agujeros de la persiana metálica, estructurada por varillas de hierro entrecruzadas.
Seguramente el ladrón anda por la calle utilizando su libertad para planear nuevos golpes. Soso mira la calle desde su prisión voluntaria mientras aguarda a su clientela poco previsora. Recibe de una mano el dinero se aleja y regresa con el cambio y los 100 y 100 de paleta y queso de máquina prolijamente envueltos en un paquetito alargado y chato como su existencia de presidiario.
En mi cuadra su figura casi patética se volvió, ya, parte del paisaje. Si no fuera porque permanece siempre en su sitio, podría decirse que fue demasiado lejos con su actitud.
Y, sinceramente, cuando nos falta algo con urgencia en casa, la verdad, sin su indispensable despensa-cárcel, ¿qué sería de nosotros? ¿eh?.
Manuel-

8 comentarios:

  1. Hay que volver a las pulperías enrejadas.
    Quesolución hay?!
    Abrazos!
    Esteban.

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  2. No le digan a una salvajona curiosa que no.

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  3. Querido Esteban,estoy luchando para meter la ilustracion debajo del título. Gracias por entrar y por todo.

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  4. ¡Che viru, como sos! ¡Entuavia está impresentable, che!

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  5. tambien me tente....y .....queso yo

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  6. Estuve dibujando un espectacular queso, entre otras cosas, para convidarlos cuando llegaran, Raúl y no lo puedo colocar. Seguiré probando. Peor sería no poderla colocar.

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  7. uy Manu! eso si que sería muuucho peor!!!

    Que soso Dios!! nunca me explique esa capacidad absoluta de tener cara de nada nada nada, y otra cosa no TIENE ZALAME! que clase de granja es esa ??????

    Tas lindo en el dibujito Manu!!!

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