"Uno puede estar en una reunión social y permanecer en silencio. Muchos llegarían a pensar que uno es un perfecto idiota. También tiene uno la posibilidad de largarse a hablar y despejar todo tipo de dudas."
Groucho Marx

viernes, 6 de enero de 2012

¡¡¡Se fueron todos!!!

Finalmente, hace apenas días, en las postrimerías de 2011 y el comienzo de este 2012 las tropas yankis dejaron Irak. 
Faluya, una de las ciudades cuyos habitantes opusieran mayor resistencia al invasor, y que se ganara por eso, de parte de la prensa occidental el mote de "grupos insurgentes", festejó también con más fervor la partida tan ansiada.
Acompaño, pues, este desenlace con algo que escribí en 2004, a poco del criminal arribo de las tropas de EE.UU., tras los bombardeos de "ablande" sobre Irak.
 
“Todo tiempo pasado...”
   Refutando el imaginario popular que sentencia, sin mayores análisis, que “Todo tiempo pasado fue mejor”, la Sra. María Elena Walsh asegura en uno de sus temas musicales que “...quien no fue mujer ni trabajador piensa que el de ayer fue un tiempo mejor...”
   Ante esta respetable dicotomía, uno opta por coincidir con el “Beto” Einstein en que todo es relativo.
   Y digo, a modo de ejemplo que, en mi adolescencia, B.B. era el símbolo, más precisamente el Sex symbol, rutilante, inquietante y glamorosamente bello que ratoneaba nuestras permeables cabecitas, siempre listas a prendarse de aquellos íconos sexuales, que aún no se denominaban íconos, y que en mi cuadra catalogábamos con una amplia gama idiómatica que podríamos sintetizar más o menos de este modo: ¡maravillosas hembras! Y Brigitte Bardot era B.B.. Deseable B.B., formidable B.B., sueño idealizado de cualquier machito. B.B. que felinamente prodigaba sol a sus maravillosas protuberancias en una playita franchuta, que ella arrancó del anonimato y convirtió en una Sains Tropez de leyenda.
   Arenas fantaseadas afiebradamente por millones de varones en el planeta, y entre ellos por el reducido y loco grupo que uno integraba y que nos flagelábamos en “La Flora” rosarina frotados con una absurda mezcla de alcohol yodado y coca cola que nos proporcionaría el bronceado preciso que B.B. pudiera desear.
   Hoy, globalización mediante, B.B. es la síntesis patética y prepotente que conformaran el duo BUSH – BLAIR, quienes en el sacrosanto nombre de una democracia que habita y prospera sólo en sus desequilibradas mentes, arrasan con países, con culturas milenarias incluyendo a sus habitantes. Multitudes son convertidas en triturados despojos, a los que ni siquiera consideran restos de seres humanos sino meros “daños colaterales”.
   Esta desigual e irracional conflagración  que han desencadenado para desasosiego de  la humanidad, representa hoy la expresión B.B.
   B.B. le ha  declarado la guerra a los miserables de la tierra que encierren en sus fronteras algún bien despojable.
  En una clara actitud racista, catalogan de fundamentalismo y destruyen todo aquello que esté fuera del limitado alcance intelectual de sus intrincados cerebros.
   Acarrean así desgracias a sus propios pueblos con su accionar criminal, que como es previsible, alguna réplica violenta puede tener. Y de hecho la tiene.
   Estos dos enanos sádicos, dignos hijos de las naciones que, desde el fondo de sus respectivas historias vienen sojuzgando y flagelando a la humanidad, conforman una B.B. de pesadilla. Deplorable, omnipotente, letal.
   La B.B. sesentista, globalizada en la forma de sus maravillosas redondeces, de rubia melena fulgurante, que generara tanto amor, y los mejores deseos, parece musitar desde aquella generosa y codiciada boca de su juventud que, en este caso puntual, “aquel tiempo pasado fue mejor”.

Manuel-      Rosario, febrero de 2004

3 comentarios: