"Uno puede estar en una reunión social y permanecer en silencio. Muchos llegarían a pensar que uno es un perfecto idiota. También tiene uno la posibilidad de largarse a hablar y despejar todo tipo de dudas."
Groucho Marx

jueves, 12 de julio de 2012

Cheque y choques

   Un cheque es una “promesa” de pago. Sólo en este aspecto se contacta con los sentimientos.
   Otra palabra de parecida resonancia tiene una más decidida relación con los sentimientos y los sentidos: choque.
   El choque de una generación contra la siguiente. El choque eterno del agua contra las piedras. El choque de la vieja perversión contra las nuevas formas de perversión. El choque del meteorito contra la tierra. El choque de la electricidad contra un cuerpo indefenso. El choque de mi credulidad contra tanta mentira. El choque de la lluvia contra el pavimento. El choque del avión contra la torre. El choque armado en fronteras, delimitadas por matas de pasto. El choque del bicho nocturno contra la lámpara encendida. El choque de mis propósitos contra la realidad. El choque de tu cuerpo contra mi cuerpo. El choque de tu presunta realización contra mi presunto fracaso. El choque de tus dientes contra mis dientes. El choque de tus pensamientos contra mis ideas. El choque de mi amor contra tu proyecto, incólume a través de los tiempos, de abandonarme. El choque de mi tolerancia contra esa vanidad tuya. El choque de mis demandas contra tu vomitivo batido de desprecio y compasión. El choque de tu bombacha mínima contra el planeta enorme. El choque de tu desamor contra mi deseo, fatalmente intacto. El choque de mi extremo contra tus profundidades. El cheque diferido de tu amor “para siempre”, como decia aquella promesa grabada en metal que nos dimos. El cheque falso. El cheque volador.
   Y mañana, o acaso en este mismo momento, el chirrido espantoso y sin retorno del choque de tu cuerpo contra otro cuerpo.
   Y después mi soledad sin oponente.

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